"Se tú e intenta ser feliz pero, ante todo, se tú", Dad.

jueves, 13 de enero de 2011

Un día de los míos

No te voy a decir que lo tuyo es un problema grave, comprenderás que tengo experiencia en esta profesión y, no te voy a mentir. He visto muchos casos como el tuyo pero ninguno que provoque ese enfático carácter que tanto me desespera, usted nunca expresa las cosas claras y comprensibles para todos los oídos, con sus ironías, sarcasmos y sutilezas, no se si llego a un puñetero diagnóstico certero. Estoy desconcertada, no termina de decirme por qué hace lo que hace.

Discúlpeme doctora, pero usted como prestigiosa psicóloga esperaba que me lo supiera decir. Pues ni yo misma lo sé. Que un día me levanto y me como el mundo, pero después de comer me apetece descansar. Que de repente no se, me río como una niña de 5 años, sola en mi habitación y yo misma pienso ¿qué haces pollo?¿de qué te ries? y luego me acuerdo de la gente que me dice pollo. Pero yo creo que eso es porque en ocasiones aflora esa parte de ti que sólo tiene ganas de aprovechar cada momento en hacer cosas que realmente te encanta hacer. Pero a la vez, me siento rara o distinta a los demás porque en realidad no sé si hay gente que también le pasa lo mismo y eso hace los momentos más especiales. ¿Me entiende?. Como cuando miras a una persona y piensas "Qué suerte tengo de tener alguien así a mi lado" y entonces, esa persona se da cuenta de que le estabas mirando fijamente y te pregunta "¿Qué pasa?" y tu respondes al instante "Nada, nada", y entonces ese momento te lo guardas para ti. Y eso pasa contínuamente. Te sientes afortunada pero a la vez tu vida es una mierda, sólo lo sientes en ese instante, porque en ese instante tu mundo es esa persona y toda tu mente, tu cuerpo, tu mirada, están centrados en ese campo visual.



Mire, mi más sincero diagnóstico es que se valla, viva su vida sin infringir ninguna ley, haga todos los...

¡Perdone! Es que eso de no infringir ninguna ley.... Verá, no puedo retroceder en el tiempo asi que....

¡Me da exactamente igual señorita! Hágalo entonces a partir de ahora. ¡Dios mío, siempre pone pegas a todo! Perdóneme por la expresión pero es la verdad. Dejémonos de formalismos ahora que ya no va a volver a la consulta. Espero.
En fin, como puedo permitirme dejar marchar a un cliente en tiempos de crisis terminaré diciéndole que lo suyo no tiene remedio, forma parte de su estresante y puntillosa pero a la vez dulce y a ratos raramente solitaria personalidad. No vuelva por aquí. Pague a la secretaria. Usted no me conoce. Que tenga un buen día.

Jolín, está bien. ¿De verdad no cree que es usted la que necesita terapia?. Verá, ya me ha pasado una vez que creían que era yo la del problema y acabaron siendo ellos. Bueno, ya me voy. Hasta luegui.

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